martes, 12 de enero de 2016

5 hábitos del día a día que debes practicar si quieres SER FELIZ

Es necesario recordar qué cosas sencillas podemos hacer en nuestro devenir cotidiano para lograr lo que todos perseguimos en la vida: ser más felices


Aunque la felicidad ha preocupado siempre a la humanidad, el estudio científico de ésta es relativamente reciente. En los últimos años, los progresos en neurología y psicología nos han permitido conocer mejor qué es lo que realmente nos hace felices y, debido a esto, se han multiplicado las teorías sobre el bienestar.

En el estudio de la felicidad han sido especialmente relevantes los avances logrados por la psicología positiva, una disciplina académica relativamente reciente que estudia las bases del bienestar psicológico y de la felicidad. Como explicaba a El Confidencial la psicóloga Covadonga Chaves, miembro de la Sociedad Española de Psicología Positiva, hasta la fecha nuestra sociedad está bastante equivocada sobre el concepto de felicidad. En su opinión, “la felicidad no es algo que se pueda alcanzar, no es una meta, es un estado, una emoción”. La psicología positiva pide un cambio de concepto: la felicidad es algo que se debe cultivar día a día, no una meta absoluta.

Gracias a los investigadores, cada vez conocemos mejor qué tipo de hábitos hacen que la felicidad se abra camino en nuestro día a día, pero paradójicamente no parece que seamos más felices. De hecho, las estadísticas muestran que ha crecido el impacto de la ansiedad y la depresión, trastornos íntimamente asociados con la infidelidad. Por ello, asegura la doctora especialista en psicología positiva Melanie Greenberg, en un artículo en Psychology Today, es necesario recordar qué cosas sencillas podemos hacer en nuestro devenir cotidiano para lograr lo que todos perseguimos: ser más felices.

Los límites de la felicidad

En los libros y reportajes de autoayuda todo parece maravilloso: la felicidad está al alcance de todos, es fácil llegar a ella y si eres infeliz es sólo porque no has trabajado para no serlo. Esto también es un artículo de autoayuda, pero es realista. Y la realidad es que nuestro estado de ánimo es algo complejo y no está enteramente bajo nuestro control.

Aunque la felicidad es limitada, cada vez sabemos mejor qué cosas concretas nos hacen felices, y si logramos darle a estas la importancia que tienen, nuestro bienestar mejorará notablemente

Cerca del 40% de nuestra felicidad reside en los genes. Nacemos con un temperamento que nos hace más propensos a ver el vaso medio lleno o medio vacío. Cuando pasa algo bueno, somos felices un tiempo, pero depende de nuestras expectativas este estado emocional positivo dura más o menos. Esto es lo que se conoce como “adaptación hedonista”, y en saber regular esta reside una de las claves de la felicidad.

Lamentablemente, nos acostumbramos muy rápido a la felicidad. Pero, al mismo tiempo, la adaptación hedonista nos permite superar las circunstancias negativas de la vida, lo que explica por qué los que han sufrido una desgracia catastrófica se adaptan tarde o temprano de nuevo a las exigencias de la vida diaria. Se trata, por lo tanto, de una ventaja en esos casos, pero también de una desventaja en el caso de que seamos tremendamente felices pues quiere decir, básicamente, que la emoción durará poco si no somos capaces de cuidarla.

Los hábitos de las personas felices

Por suerte, aunque la felicidad es limitada, cada vez sabemos mejor qué cosas concretas nos hacen felices, y si logramos darle a estas la importancia que tienen, nuestro bienestar mejorará notablemente. Algo parece claro, para ser felices a largo plazo debemos también arriesgar en el corto plazo: gran parte de la felicidad reside en nuestra capacidad de cambio. 

Estos son los cinco hábitos que, según Greenberg, todos podemos seguir para ser felices.

1. Céntrate en los significados duraderos, no en los sentimientos momentáneos

Algunas de las cosas que nos hacen sentir bien en el momento en realidad pueden ser perjudiciales para nosotros, pues nos crean un sentimiento de culpa, remordimientos y consecuencias negativas en el futuro. Todas las adicciones (ya sean las drogas, el juego o el porno) entran en esta categoría. Pero otros placeres mundanos que nos hacen sentirnos bien en el momento, aunque no sean perniciosos, no nos permiten ser felices a largo plazo, pues la vida siempre tiene altibajos que estos no pueden aplacar. Si somos capaces de centrarnos en construir una vida con sentido, en la que actuemos con autenticidad, guiándonos por nuestros valores fundamentales y las cosas que intrínsecamente nos inspiran, podemos lograr una felicidad más duradera.



2. Construye y mantén una red de apoyo

Todos los estudios coinciden en señalar que las personas que tienen buenos amigos, pareja y familia son más felices y, además, tienen una mejor salud. No hay nada peor para la felicidad que la soledad. Tener cerca a personas en las que confiamos, que nos van a ayudar en los momentos difíciles, es importante para que nos sintamos bien y tengamos esperanza en el futuro. No se trata de tener cientos de amigos, sino de tener unos pocos, pero de calidad.


3. Disfruta de los bueno

Para nuestro cerebro es más importante la supervivencia que la felicidad, por lo que, en cuanto surge un problema, olvidamos los buenos momentos para resolver lo que nos está preocupando. Esto es algo positivo en términos evolutivos, pero no para nuestro bienestar. Por ello debemos preocuparnos a diario por centrarnos en aquello que nos hace felices, de lo contrario nuestro cerebro se preocupará por lo negativo. La investigación demuestra que podemos ampliar nuestro disfrute de momentos especiales sencillamente pensando más en ellos, antes, durante y después de que ocurran.


4. Busca la forma de controlar tu vida (o piensa que alguien la controla por ti)

Un requisito fundamental para ser felices es sentir que tenemos autonomía para manejar nuestra propia vida. Todos necesitamos sentir que controlamos nuestra vida y nuestras decisiones, pero muchas veces vamos a la deriva, y si sentimos que no somos dueños de nuestra existencia es imposible que seamos felices. La gente religiosa lo tiene más fácil. Pensar que un poder superior va a cuidar de ti, y lo que te pasa no depende enteramente de tus actos, si no de sus designios, permite a estos ser más felices sin necesidad de controlar su vida. Pero si no tienes ningún tipo de inquietud religiosa, tienes que trabajar por tener  la vida bajo control. Y esto no es sencillo, pues requiere una mayor autoestima.


5. Satisface tu curiosidad

Si somos conservadores respecto a lo que, creemos, nos da felicidad, estaremos limitando nuestro bienestar. Creemos erróneamente que el hombre es un animal de costumbres, pero la realidad es que es la novedad lo que nos hace felices. Nuestro cerebro está continuamente buscando desafíos, y si no se los damos acabaremos aburriéndonos. Y sí, el aburrimiento nos conduce a la infelicidad. La felicidad llama a nuestra puerta en momentos inesperados, cuando encontramos algo nuevo e interesante o cuando seguimos nuestros intereses y nos dejamos llevar.





Texto Por MIGUEL AYUSO @mayusorejas
Tomado de http://www.elconfidencial.com/



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